domingo, 21 de diciembre de 2008

El emprendedor global

Durante más de un siglo, las empresas nuevas siempre se iniciaban enfocándose en sus mercados locales. Sin embargo, en la actualidad, son cada vez más las empresas que nacen globales y buscan las oportunidades creadas por la distancia. Así, aprenden a gestionar operaciones lejanas y van tras las mejores lugares del planeta para la manufactura, el talento más brillante, los inversionistas más magnánimos y los clientes más rentables donde sea que estén, desde el primer día. Aquello no es fácil. La investigación de Isenberg, profesor de Harvard, descubrió que las start-ups enfrentan tres desafíos. Primero están los problemas logísticos y las barreras psicológicas creadas por la distancia y las diferencias en la cultura, el idioma, los sistemas educativos, la religión y los distintos niveles de desarrollo económico. Incluso tratar con las semanas laborales de distintos países perjudica al personal de una pequeña start-up. En segundo lugar, hay que gestionar los desafíos (y oportunidades) del contexto; es decir, los sistemas políticos, normativos, judiciales, tributarios, ambientales y laborales de las naciones. Y todos varían. Tercero, al igual que todo nuevo emprendimiento, las start-ups globales deben encontrar una forma de competir con las empresas establecidas mucho más grandes, pero usando menos recursos. Isenberg ha descubierto que para tener éxito, los emprendedores globales deben cultivar cuatro competencias: articular con claridad sus razones para hacerse globales, aprender a construir alianzas con socios más poderosos, destacarse en la gestión de la cadena de suministro internacional y crear una cultura multinacional dentro de sus organizaciones. Los emprendedores no deberían temer el hecho de que el mundo no sea plano. Ser global tal vez no sea un objetivo para los tímidos, pero incluso las start-ups pueden prosperar usando la distancia para ganar ventajas competitivas.

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