martes, 10 de marzo de 2009

Un ejemplo de vida

Más de veinte años ha dedicado la hermana Martha Ligia Acosta al servicio de la juventud. Primero como docente en instituciones educativas de aisladas poblaciones de la región y ahora como instructora SENA del programa: Acciones educativas comunitarias para la promoción de la acción integral contra las minas antipersonal.

Este programa incluye conocimientos sobre artefactos explosivos, prevención de accidentes, derechos humanos, formación en ética y transformación del entorno, salud ocupacional, atención a las personas en caso de accidente, recuperación de la población en urgencias, emergencias y desastres, educación para asistencia a víctimas por minas antipersonal y municiones sin explotar y fortalecimiento del tejido social en comunidades con riesgo.

Fue puesto en marcha hace un año teniendo en cuenta que Nariño es uno de los Departamentos en donde se ha registrado un elevado número de víctimas afectadas por estos artefactos. Los municipios de Cumbal, Ricaurte, Barbacoas, Santacruz, Samaniego, La Llanada, Los Andes-Sotomayor, Cumbitara y Policarpa, son los más vulnerables, según datos suministrados por el Observatorio de Minas Antipersonales del Programa de Derechos Humanos de la Presidencia de la República.

El trabajo de esta Carmelita Misionera consiste en sensibilizar a adolescentes, jóvenes y adultos de la zona rural sobre los peligros de las minas antipersonales y municiones sin explotar -MUSE-, llevando mensajes de prevención para evitar que un accidente de esta magnitud le siga cambiando trágicamente la vida a más personas.

En esa tarea ha recorrido diariamente caminos y trochas de algunos municipios del Departamento y junto a cinco instructores más, ha tenido que enfrentarse a problemas de orden público que como ella dice, “no le han hecho perder el impulso”.

Tampoco la lograron desanimar las tristes historias de vida que diariamente tuvo que escuchar de sus aprendices, muchos de ellos desplazados o afectados por una guerra que no les pertenece. Por el contrario toda esta difícil situación la motivó para no bajar la guardia y continuar en su empeño de salvar al menos una vida, desarrollando de la mejor manera su papel como instructora. Ante esta realidad ha sembrado en los jóvenes el optimismo y la esperanza que les haga valorar aún más la vida.

“Quiero a esta institución porque me ha dado la oportunidad de dar lo mejor de mí, de brindar un acompañamiento a las personas que lo necesitan. Además, teniendo en cuenta que trabajo con jóvenes en situación de riesgo, intento brindar formación humana que además de preparar a los aprendices para el trabajo, los prepare para la vida, para que puedan se mejores personas, ciudadanos útiles para el país”, dice.
Señala además que es una experiencia muy especial "sentirse familia SENA, porque me permite fortalecer en los aprendices valores como el liderazgo, la creatividad, la solidaridad y la capacidad crítica. Ante los diferentes problemas encontrados puedo acompañarlos hacia un proyecto de vida, dar posibles soluciones, desarrollando diferentes competencias para soñar... para ir gestando en el pensamiento, en el corazón y en la vida cotidiana, la microempresa desde su realidad y con los recursos del medio y así generar empleo y una vida humana y digna".

Para la hermana Martha Ligia una de las principales características que debería tener todo instructor SENA es el compromiso que le permita conocer la realidad y emprender acciones para cambiarla. “Tampoco debemos olvidar que en cada acción que realicemos debemos dejar en alto el nombre esta maravillosa institución que a mí hoy me permite hacer lo que más me gusta: servir a los demás”.

1 comentario:

Unknown dijo...

hola hermana martha ligia,espero se acuerde de mi. mi nombre es mayra paredes,soy de tumaco y estudie en la institución educativa misional santa teresita. me gustaría comunicarme con usted.mi correo es:maynes0111@hotmail.es