Señor
Adiestra mi corazón para el amor,
purifica mi alma de todo odio, de todo rencor
Que mi voz sea lugar de palabras amables
Que mi corazón sea territorio de paz
Que mis manos solo sirvan para abrazar y sanar,
para levantar y para mostrar el camino.
Enséñame, oh Dios!
A buscar siempre el bien de mis hermanos
A reconocer detrás de cada rostro humano
un hijo de tu propia creación.
Enséñame a apreciar el valor de la vida en todas sus formas
en toda su extensión, en toda su dignidad.
Tu cruz, oh señor!
Me recuerde siempre la sangre de los caídos,
la sangre del ser humano que fue asesinado,
de aquel que nunca volvió a casa
porque una bala interrumpió su existencia.
Señor
Limpia mi corazón de toda soberbia, de toda ira
y que en mis venas no haya más que paz, tu propia paz señor.
Buen Padre Dios
Cada aprendiz del SENA nos comprometemos
a hacer de nuestras sedes
Territorios de paz, Territorios de bendición.
Adiestra mi corazón para el amor,
purifica mi alma de todo odio, de todo rencor
Que mi voz sea lugar de palabras amables
Que mi corazón sea territorio de paz
Que mis manos solo sirvan para abrazar y sanar,
para levantar y para mostrar el camino.
Enséñame, oh Dios!
A buscar siempre el bien de mis hermanos
A reconocer detrás de cada rostro humano
un hijo de tu propia creación.
Enséñame a apreciar el valor de la vida en todas sus formas
en toda su extensión, en toda su dignidad.
Tu cruz, oh señor!
Me recuerde siempre la sangre de los caídos,
la sangre del ser humano que fue asesinado,
de aquel que nunca volvió a casa
porque una bala interrumpió su existencia.
Señor
Limpia mi corazón de toda soberbia, de toda ira
y que en mis venas no haya más que paz, tu propia paz señor.
Buen Padre Dios
Cada aprendiz del SENA nos comprometemos
a hacer de nuestras sedes
Territorios de paz, Territorios de bendición.
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